domingo, 15 de mayo de 2011

ISABEL, LA REINA. EL TIEMPO DE LA SIEMBRA.

Título: Isabel, la Reina (2ª parte). El tiempo de la siembra.
Autor: Ángeles de Irisarri



            Continúa con el relato de la vida de las cuatro mujeres. En esta segunda parte, Isabel, ya casada, ha de luchar junto a su marido contra las veleidades de su hermanastro Enrique que influenciado por su mujer y los nobles partidarios, revoca el compromiso de los Toros de Guisando y designa heredera a la Beltraneja.
            Comienza un periplo por distintas ciudades castellanas evitando continuamente las tropas del marqués de Villena y buscando alianzas. El apoyo del Papa otorgando bula que valida el matrimonio con su primo, la muerte de su enemigo el marqués y al poco tiempo la del rey, le dan bríos para, sin dilación, asistir a los funerales y por aclamación, ser proclamados soberanos de Castilla y León.
            Ya nacidos sus hijos Isabel y Alfonso, quedan éstos al cuidado de su dama Dña. Beatriz en tanto ellos viajan por su reino impartiendo justicia, poniendo a los nobles en su lugar, haciendo valer su autoridad contra los sediciosos y malhechores creando la Sta. Hermandad, embargando las cuentas del Primado y en fin, haciendo ver a todos quienes mandan en estos reinos.
            En cuanto a las hermanas Téllez, su bisabuela les encuentra maridos y desposan con los hermanos Torralba, caballeros procedentes de una acomodada familia de judíos conversos que, uno por impotente y el otro por proceder con violencia con su esposa, hacen que fracasen ambos matrimonios. Juana y Martín deciden profesar en distintas órdenes religiosas mientras que Leonor, madre de un niño, al que entrega para su crianza a María Abando, pide la anulación de su unión con Andrés. Entretanto no paran de buscar el tesoro oculto de la familia. En compensación a su lealtad, los Reyes les devuelven el marquesado de Alta Iglesia.
            María de Abando deja oportunamente la ermita del Cristo de la Luz y se instala por su cuenta. Por entonces reclaman sus servicios la familia Torralba y a su vez la Téllez para que intervenga como alcahueta e informadora en el matrimonio de las marquesitas y sus pretendientes. Rechaza a los que la cortejan a ella por miedo a parir un demonio pero cría al hijo de Leonor como suyo hasta que finalmente la Reina, percibiendo que la ansiedad que se apodera de ella cuando están las cuatro reunidas pudiera ocurrirle también a las otras, propicia un encuentro y las cuatro mujeres llegan a la conclusión de que lo que tienen en común es haber nacido con la luna llena de abril y en amigable conversación se disipan todas las anteriores inquietudes.

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